El 22 de abril de 1918 a siete meses de terminar la Primera Guerra Mundial el 11 de noviembre del mismo año, los habitantes de Puerto Colombia fueron testigos oculares del hundimiento del crucero alemán Prinz August Wilhelm, en Cupino, la bahía tutelar del balneario.
Así me lo contó en un Reportaje que le hice para el diario El Heraldo a comienzos de los 80, Alejandro Gambín Mauri, antiguo winchero del ferrocarril que cubría la ruta desde el Muelle de Puerto hasta la Estación Montoya en Barranquilla, trayendo el progreso para Colombia, carga y pasajeros.
Lo que no supieron en su momento los porteños, es que la nave fue hundida a propósito por la tripulación teutona, tras orden impartida desde el imperio alemán, para evitar que cayera en manos del gobierno de los Estados Unidos.
En sus días de gloria el vapor podía llevar a 80 personas en primera clase, luego de su botadura en 1903.
A través de muchos años se han recuperado objetos del fondo del mar, como cubiertos de plata, cerraduras, claraboyas, platos en cerámica, baldosas, piezas decorativas en bronce, y una taza sanitaria cuya tapa y asiento fueron elaborados en madera.
Incluso, en 2016 en la Estación del Ferrocarril se abrió una exposición con piezas rescatadas del naufragio.
Dos de los más fervorosos, investigadores, conocedores y apasionados por la historia del Prinz August Wilhelm y su triste final, son los barranquilleros Álvaro Mendoza Arango y Enrique Yidi Daccaret.
En 2014, plasmaron su investigación en la publicación: “De la gloria al olvido: el hundimiento del vapor Prinz August Wilhelm en Puerto Colombia”.
La embarcación sigue en el mismo sitio desde hace 106 años en el mar Caribe, a pocos metros frente a la caseta de la Aduana, que es prácticamente el último vestigio que queda del viejo Muelle de 1888, que empezó a derrumbarse en 2009.
Lo cierto es que desde que culminaron las obras de Bocas de Ceniza en diciembre de 1924, se acabaron las aguas cristalinas de Puerto, protegidas además por Isla Verde, franja insular que desapareció.
Así, todas las playas y balnearios que corren desde Barranquilla como Puerto Mocho, Caño dulce, Puerto Velero, Punta Roca, Sabanilla, Salgar, Pradomar y Puerto Colombia, se caracterizan por sus aguas turbias.
Sin embargo, en algunos meses del año, especialmente en los que llueve intensamente como septiembre y octubre, el mar coquetonamente traslúcido devela su belleza y permite el buceo hasta llegar a las entrañas del Prinz August Wilhelm, que dormita apacible en el fondo de la bahía.
Mi amigo, Hugo Fabián Patiño, alto ejecutivo de una empresa nacional, practicante del ciclismo y el buceo, estuvo el domingo anterior en Puerto Colombia con un grupo de amantes de la inmersión en aguas abiertas y pudieron llegar y captar un video de la embarcación.
Hugo me comenta: “Ese día el agua estaba super clara y pudimos ver toda esta belleza. Se ha convertido en un plan que hasta gente de otras ciudades viene. Según el guía, es únicamente en el mes de septiembre y algo de octubre que esa agua es clara; el resto del año está revuelta”.
El video de 57 segundos es muy emocionante y poder ver la carcaza del navío. Agradecemos que me hayan dado la primicia para compartirla con nuestros seguidores.