Discurso de Luz Stella Murgas, Presidenta de Naturgas, Congreso Barranquilla

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Luz Stella Murgas, presidenta de Naturgas

Es para mí un honor estar por tercera vez, presidiendo el Congreso Naturgas en Barranquilla, tierra vibrante y llena de encanto, miembro de la Organización Mundial de ciudades energéticas.

Quiero enviarle un saludo a Agueda Rodríguez, la usuaria número 1.000 del proyecto Gas Social, ejecutado por Gases del Caribe gracias al convenio entre la Alcaldía de Barranquilla y Ecopetrol.

Ella vive en el barrio Ciudad Modesto y se encuentra aquí con nosotros, feliz de contar con el servicio de gas natural en su vivienda. Bienvenida Agueda.

En un mundo en constante evolución, emerge la oportunidad de transformar los negocios en motores de cambio positivo para la sociedad y el planeta.

John Mackey, cofundador y Co-CEO de la cadena de supermercados Whole Foods, autor del libro Capitalismo Consciente, señala que “el propósito de los negocios es mucho más que generar ganancias. Su propósito es contribuir de manera significativa al bienestar humano y al florecimiento de la vida en este planeta”.

Se trata de un enfoque que aborda los problemas sociales y ambientales al tiempo que se generan beneficios económicos sostenibles.

La industria de gas natural es una industria consciente, cuyo propósito superior es promover calidad de vida aprovechando el poder transformador del gas natural.

Con una agenda de lucha contra la pobreza y la protección del medio ambiente, dirigida a lograr el bien colectivo.

La tarea de masificación del servicio que hemos realizado en las últimas décadas no son sólo inversiones, es el esfuerzo entretejido y formador de mucha gente – la mayoría de los estratos socioeconómicos 1, 2 y 3- cuyos caminos hoy se proyectan con más dignidad y mayor confianza.

El propósito último de la energía es la calidad de la experiencia humana, el recorrido vital de las personas, de las familias.

Esa vitalidad nos lleva a concluir de manera inexorable, lo que ha expresado el profesor Scott Tinker, de la Universidad de Texas “Se necesita energía para reducir pobreza, pero no se puede reducir pobreza sin energía”.

En Colombia, el consumo de energía primaria en 2021 fue de 10.422 kilovatios hora por persona, menos de la mitad que Chile.

Nos superan todos los países de la región menos Haití, incluida Bolivia, Ecuador y Guatemala.

Dado que según el Banco Mundial el 70% de la población de nuestro país es pobre o vulnerable -es decir con alta probabilidad de caer en la pobreza- combatir la precariedad
energética no puede ser otra cosa que un propósito nacional.

Hemos avanzado de manera importante en cubrimiento, tanto en electricidad como en gas domiciliario, pero nos falta mucho por hacer.

Es por eso por lo que en nuestro país la torta energética debe crecer, o de lo contrario la transición no será más que un sueño, porque no podemos luchar contra el cambio climático
dejando a nuestra gente en la pobreza.

Es importante tener en cuenta ejemplos internacionales como el del Reino Unido, que, en su Estrategia de Seguridad Energética publicada en 2022, para reducir su dependencia de los combustibles fósiles importados, ha decidido utilizar completamente su gran reserva de gas natural del Mar del Norte, usar las cavernas vacías para el almacenamiento de CO2, traer hidrógeno para usarlo como complemento al gas natural y usar su experiencia costa afuera para apoyar el sector eólico marino.

Como resultado de esos planes, el Mar del Norte seguirá siendo la base de la seguridad energética británica, haciendo posible cumplir las metas de descarbonización a 2030, reemplazando térmicas a carbón por térmicas a gas. Colombia puede hacer los mismo con su provincia gasífera en el Golfo de Morrosquillo.

Lo dijo la revista The Economist en febrero pasado, y leo textual “para cumplir con la meta de carbono-neutralidad de 2050, Colombia debe duplicar su producción de gas natural”.

Este consenso, sobre el papel central del gas natural en la transición, se viene consolidando en Europa, Norteamérica, Asia y África.

Una investigación del Centro de Estudios de Energía confirma esta conclusión: “si Colombia quiere cumplir los objetivos acordados en el Acuerdo de París, debe crecer en un 50% su uso de gas natural.”

Vale mencionar además el reciente pronunciamiento de los líderes del G-7 en Japón, donde este grupo de potencias ahondó en invertir en infraestructura de gas para contrarrestar los impactos de la guerra en Rusia-Ucrania, que sigue generando estrés en los sistemas energéticos europeos.

La enorme variabilidad de los renovables no convencionales, nos impone un gran reto.

Por ejemplo, un día de julio de 2022, el 72% de la electricidad de la red alemana fue aportada por viento y sol, pero apenas un mes antes, otro día en junio, aportó menos del 1%.

La inconstancia en la generación a partir de viento y sol, exacerbada por el cambio climático, conduce a que el 60% de la demanda que no puede abastecerse durante estas caídas Señora Ministra, se respalde con electricidad en firme a partir de gas natural.

En Colombia, la generación de energía eléctrica en los últimos cinco años, sin fenómeno del niño, en promedio fue 80% hidráulica, 12% térmica a gas, 7% térmica a carbón y 1% otros.

Durante el último fenómeno del niño de 2015 – 2016, la generación fue 52% hidráulica y 46% térmica.

Estas cifras revelan que las plantas térmicas han aportado alrededor del 20% de la energía eléctrica en condiciones de hidrología normal y 46% bajo fenómeno del niño.

Las plantas térmicas a gas se ratifican como un respaldo esencial para la generación hidráulica y complementarán las intermitencias de la generación con renovables.

De acuerdo con el IDEAM existe una probabilidad del 82% de ocurrencia de un fenómeno del niño a partir de junio y podría extenderse hasta febrero de 2024.

En este escenario, las térmicas a gas serán fundamentales y hoy, a diferencia de fenómenos del niño ocurridos en el pasado, en especial en 1998 y 2015, Colombia cuenta con gas natural local, respaldado por Gas Natural Licuado.

Ante este escenario, contar con abundante gas doméstico y un respaldo en firme será crucial para superar sin contratiempos este fenómeno climatológico.

Este gremio, Señora Ministra está de acuerdo y comparte la voluntad del Gobierno Nacional de luchar contra el cambio climático.

Y también celebro el llamado del Presidente Gustavo Petro, de ver este desafío no como un problema, sino como una oportunidad.

Esta oportunidad se debe equilibrar con las necesidades y grandes preocupaciones de la gente, que requieren energía en firme, disponible y segura.

Señora Ministra, los hombres y mujeres aquí presentes, que encarnan a más de 100 mil colombianos de la industria, estamos en capacidad de sumarnos a esta tendencia global, de trabajar juntos con el gobierno, con el gas natural como eje de la transición energética en la que está comprometida Colombia.

Como dijo en marzo pasado el Presidente de la COP28, en el marco del CERAWeek en Houston, la industria de hidrocarburos debería ser líder en la reducción de emisiones.

Es la que debe liderar con contundencia ese proceso, porque tiene el músculo financiero para hacerlo.

Pero como también recalcó, se necesita el apoyo de los gobiernos para lograrlo, para canalizar los recursos financieros que se requieran y adoptar las medidas regulatorias necesarias.

El compromiso de los agentes de la cadena de gas natural en Colombia en esa materia está respaldado en hechos:

Ecopetrol superó en un 25% su meta de reducción de emisiones de CO2 -293 mil toneladas- gracias a la implementación de proyectos nuevos. Hoy un 95% de sus instalaciones cuentan con detección y medición de emisiones de metano, identificando 1.085 fugas, de las cuales ya se cerraron 184 y se avanza en las faltantes.

Ecopetrol logró reducir entre 2017 y 2020 un total de 23,3 millones de pies cúbicos de gas que se quemaban, 600 mil toneladas de CO2 diarias.

EPM, anunció generación de hidrógeno verde a partir del biogás producido en las plantas de
tratamiento de aguas residuales de San Fernando y Aguas Claras, el primer proyecto de su tipo en Colombia.

Hocol sembró 1,93 millones de árboles desde 2019 y redujo 17,5 gigavatios con eficiencia energética.

TGI compensó a través de bonos de carbono 72 mil toneladas de CO2 y Promigas adelantó revegetalización de 333 hectáreas, así como la compensación de 697 hectáreas. Canacol aumentó en un 32% el uso de energía solar en sus operaciones.

Sin duda la pieza clave del rompecabezas para acelerar la transición energética es el gas natural.

Como lo aseguró The Economist en días pasados, reducir la producción de gas haría más difícil la transición energética en Colombia.

Sin un gran incremento en la producción de gas – que, según la publicación británica,
Colombia “probablemente tiene en grandes cantidades”- los recaudos para el Estado serán menores, los costos y las emisiones más altas, la pobreza más acuciante.

En el marco del Congreso Naturgas 2022, el Presidente Gustavo Petro señalo, “el gas juega un papel positivo, este es el tiempo del gas, de reemplazar fogones de leña por gas, donde pueda reducir las emisiones de CO2 y pueda abaratar los costos, tiene un espació ahí”.

Y termino diciendo textualmente: “a mí me parece que el espacio institucional de participación que hay que crear para el gas natural en la transición energética es el Plan Nacional de Desarrollo”, fue el punto de partida, el puente que nos tendió y permitió que desde el año pasado iniciáramos un trabajo concienzudo y meticuloso, con usted y del Director Nacional de Planeación.

Alcanzamos hitos verdaderamente históricos en el Plan Nacional de Desarrollo: por ejemplo, la financiación o cofinanciación de los costos de las redes internas de gas domiciliario y el cargo de conexión para Vivienda de Interés Social, y en general usuarios de los estratos 1 y 2, así como a la población del sector rural.

También lo es, la consolidación de un programa nacional de sustitución de leña y residuos contaminantes por gas natural y biogás, a través del cual se podrán subsidiar, financiar o cofinanciar los proyectos de masificación y la conexión de cada usuario al servicio público.

Como bien lo identificó un estudio de Naturgas realizado por la consultora Inclusión SAS, en nuestro país 5.4 millones de colombianos viven en hogares que aún cocinan con leña.

Necesitamos urgentemente, tal como lo ha señalado este estudio, reconocer que el tema de energía compone la estrategia transversal de lucha contra la pobreza en Colombia, una política que trasciende el ámbito del Ministerio de Minas y Energía y que toca aspectos clave como la Paz, vivienda, movilidad, conectividad, seguridad alimentaria, formación para el trabajo.

Esta industria está en disposición de aportar en la construcción de una estrategia integral que incluya a la energía.

Logramos Señora Ministra, que los subsidios establecidos para gas natural a los hogares de menores ingresos, se prorrogaran durante la vigencia del plan y seis meses después de finalizado el gobierno en 2027.

Esto es fundamental si se considera que un 67% de los hogares en Colombia cocinan con gas natural, y ello representa un ahorro, no solamente en zonas rurales, sino también en hogares vulnerables y áreas urbanas intermedias.

En materia de movilidad sostenible, también se logró consignar en el Plan Nacional de Desarrollo, la financiación pública para la modernización del parque automotor que preste el servicio de transporte individual, tipo taxi, con tecnologías de cero y bajas emisiones, esto es, eléctricos y a gas natural.

Con el fin de reducir la dependencia a mercados internacionales de insumos agropecuarios y a partir de las reservas de gas, el Plan Nacional de Desarrollo también contempló que se fortalecerá la producción nacional de fertilizantes como las sales potásicas, sales de fosfato de amonio, amoniaco verde y urea, así como el aprovechamiento agrícola de los biosólidos y biomasas.

Como lo asegura un estudio publicado en la revista Nature, la agricultura orgánica puede soportar 4.7 mil millones de habitantes, poco más de la mitad de la población actual del globo.

Gracias a los fertilizantes industriales producidos con gas natural, es posible alimentar hoy a 12 mil millones de personas.

En el caso de Colombia, sin producción nacional de fertilizantes, esto debería ser una
oportunidad de aprovechar el gas natural que tenemos.

Para combatir el hambre, los proyectos de producción de fertilizantes requieren
inversiones importantes en capital, más disponibilidad de gas en el largo plazo.

Para este último objetivo, las señales de política pública y las condiciones de entorno, son fundamentales para atraer el capital necesario que impulse la actividad exploratoria y fomente el desarrollo del sector de gas natural.

Una mayor inversión en exploración permitirá identificar y aprovechar nuevas reservas de gas, lo que a su vez proporcionará una base sólida para la producción de fertilizantes y otras industrias que requieren este recurso.

La declaración conjunta de los ministerios de Hacienda, de Comercio y de Minas y Energía el pasado 15 de marzo, es una señal en la dirección correcta, porque propende la autosuficiencia de la matriz energética.

También lo es el texto consignado en las bases del Plan Nacional de Desarrollo, según el cual se monitorearán los resultados de los contratos de exploración y producción vigentes con el fin de realizar una evaluación y balance oferta/demanda de gas natural, que sea necesario para la toma de decisiones en pro de garantizar la seguridad energética de corto, mediano y largo plazo.

Eso dicho en otras palabras, equivale a que acelerar y expandir la actividad exploratoria nos permitirá materializar una oportunidad histórica de desarrollar el potencial de reservas de gas natural de Colombia, para mantener autosuficiencia y soberanía energética.

Nuestro país, Señora Ministra es un territorio donde la producción de gas natural es un pilar de la economía y el desarrollo continuo de su industria es clave para garantizar el crecimiento económico sostenible, reducir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de la gente.

Representamos una industria con otras externalidades positivas en materia de salud, innovación e igualdad de género.

No olvidemos que las mujeres son las que dedican la mayor parte de su tiempo a actividades no remuneradas, y la recolección de leña es una de las principales causantes de la llamada pobreza de tiempo, especialmente en hogares con mujeres cabeza de familia.

Una hora y media diaria en promedio es el tiempo que destina un hogar campesino en
recolectar leña, de paso deforestando bosques y selvas colombianas.

Señora Ministra, en representación de toda la cadena de valor del gas natural desde la producción, transporte, distribución y comercialización, e incluso en representación de los usuarios, apelo al compromiso del Alto Gobierno de mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, para que considere en el proyecto de reforma laboral que hoy cursa en el Congreso de la República.

Es crucial que se mantenga la limitación para realizar huelgas a las empresas de servicios públicos esenciales, que hoy se encuentra consagrada en la Constitución Política.

Habilitar la huelga afectaría la confiabilidad y continuidad en la prestación del servicio.

En el caso del servicio de gas natural, estarían en riesgo 36 millones de colombianos, el 85% de ellos pertenecientes a los estratos 1, 2 y 3.

La emergencia por la que estamos atravesando esta semana, derivada de la anomalía térmica en Cerro Bravo, que llevó de manera preventiva a suspender el transporte y suministro de gas natural al sur occidente del país, nos recuerda la importancia que tiene el gas natural en la vida de millones de colombianos, desde que se levantan a cocinar su desayuno , hasta el final de la jornada.

Lamentablemente, muchas veces nos damos cuenta de lo que tenemos cuando lo perdemos.

Estos compatriotas que están sufriendo ese racionamiento temporal nos llevan a pensar, señora Ministra, en la importancia de que este Gobierno deje a los colombianos unas amplias reservas de gas para afrontar todos los años de la transición energética, para que nunca más ningún colombiano padezca la falta del gas.

A la par de ello, vale la pena mencionar que nuestras afiliadas han hecho inversiones en pro de la confiabilidad del sistema, para garantizar la bidireccionalidad del transporte de gas natural, así como la conexión de la infraestructura existente, a la espera de luz verde por parte de los entes reguladores.

Señora Ministra, es crucial el cambio en el esquema de remuneración de la tarifa de transporte de gas, para que funcione como una estampilla, en lugar de señal por distancia, evitando castigar a las zonas alejadas de los puntos de producción y así incrementar la eficiencia.

Esta decisión esta hoy, en manos de la Comisión de Energía y Gas.

En resumen, Colombia tiene la oportunidad única de desarrollar sus reservas de gas natural, como vehículo para reducir pobreza y acelerar la transición energética, procurando autosuficiencia y seguridad energética a largo plazo.

Señora Ministra, para alcanzar este propósito, hagamos de Colombia un caso de éxito, trabajemos conjuntamente y de manera acelerada, para disponer en el menor tiempo posible de las moléculas de gas natural recientemente descubiertas Costa Afuera y en áreas continentales.

Como lo demostró nuestro querido Gabo, la realidad es más mágica que la ficción.

En una entrevista a la revista italiana Época, concedida al periodista Peter Stone en 1979, nuestro Nóbel confesó que la famosa imagen de Cien Años de Soledad, en la que la casa de los Buendía se llenaba de mariposas amarillas cada vez que Mauricio Babilonia visitaba a Renata Remedios, fue inspirada en una historia real de su infancia.

Resulta que su abuela le decía que cada vez que un cierto hombre salía de la casa, esta se llenaba de mariposas.

Solo que no eran amarillas, sino blancas. Y no era amores lo que llevaba, el hombre era un técnico de una empresa de energía, que iba a asegurar el servicio.

Fuente: Naturgas