Uninorte estudia biodiversidad de la Ciénaga de Mallorquín

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Con el propósito de que los estudiantes aprendan sobre los comportamientos y la identificación de las especies  de  aves que habitan la región, así como distintos ecosistemas y las dinámicas sociales que se tejen alrededor de un importante humedal, el departamento de Química y Biología de Uninorte ha desarrollado salidas de campo a la Ciénaga de Mallorquín, en el marco del proceso formativo de las asignaturas ‘Aves del Caribe Colombiano’ y ‘Biodiversidad y Sociedad’.

La Ciénaga de Mallorquín, ubicada en el extremo norte de Barranquilla (margen izquierda de la desembocadura del río Magdalena), es una zona de gran importancia por sus ecosistemas de manglares, planos lodosos, playas y ciénagas.

Esta laguna costera, considerada la más grande de la costa Caribe colombiana; sirve como hábitat para varias especies de aves migratorias y residentes, además de ser  un lugar de desove para muchas especies de peces y crustáceos.

Quienes han estudiado los diferentes problemas que afectan  a este cuerpo de agua saben que decidir convertir a Barranquilla en una ‘biodiverciudad’, a través de la recuperación ambiental de la ciénaga, el saneamiento de su recurso hídrico, el freno a las invasiones, la construcción de un ecoparque, entre otras acciones, implica una concepción holística de sus dinámicas y un compromiso permanente de sus actores sociales.

Es por eso que docentes como Juanita Aldana, directora del departamento de Química y Biología, tienen clara la importancia de la academia para acercar a la sociedad a la naturaleza, entender los impactos de las actividades humanas en el medio ambiente y proponer soluciones viables basadas en el conocimiento.

“Con el curso ‘Aves del Caribe Colombiano’ queremos que los estudiantes visiten al menos dos tipos de biomas, ya que en cada uno se pueden observar diferentes tipos de aves. Uno es el bosque seco tropical, que visitan en inmediaciones del observatorio de aves Álula, ubicado en Uninorte.

El otro es el halobioma (sitios donde confluye el agua dulce del río y el agua salada del mar), y la Ciénaga de Mallorquín ofrece el escenario ideal para conocerlo por su cercanía y su diversidad de aves. Muchas de ellas habitan allí, como garzas, gaviotas, cormoranes y pelícanos”, argumenta la profesora Aldana, quien ha liderado excursiones con más de 20 estudiantes.

El sector de la Ciénaga de Mallorquín hace parte del Sistema Delta Estuarino del río Magdalena – Ciénaga Grande de Santa Marta, un sistema estuarino costero con 20 lagunas de salinidad variable, con varios ríos que atraviesan el área y extensas zonas de manglares.

Mallorquín es un estupendo laboratorio para que los estudiantes se familiaricen con un ecosistema cuya importancia para la humanidad ha sido reconocida por el convenio internacional de Ramsar, así como con las distintas especies que habitan en la región, aprendiendo sobre sus comportamientos y los desafíos en términos de conservación.

La profesora Carrol Gómez, quien dicta la asignatura de ‘Biodiversidad y Sociedad’, explica que la comunidad local tiene una relación muy estrecha con la Ciénaga desde hace generaciones, por lo que la idea de su clase y las salidas de campo es conocer este ecosistema, su importancia ecológica, los beneficios que brinda y las diferentes formas en que las personas se relacionan con este, como, por ejemplo, conocer de viva voz la experiencia de los pescadores de la zona.

“La pesca es una práctica ancestral que beneficia a la comunidad local del barrio Las Flores y el corregimiento de La Playa, las cuales han desarrollado conocimientos y técnicas en torno a la pesca en esta zona. A través de la pesca, las comunidades obtienen alimento y sustento económico, y les permite encontrarse y mantener  su identidad cultural anfibia”, señala la docente.

Para Emmanuel Cabrera Janer, estudiante de tercer semestre de Ingeniería Electrónica, este tipo de salidas académicas es una “experiencia entretenida y única” porque “uno como ingeniero electrónico no está acostumbrado a este tipo de excusiones pedagógicas”.

“Es la primera vez que conozco la Ciénaga y tener contacto con la naturaleza le hace a uno caer en cuenta de la riqueza de fauna y flora que tiene nuestro Caribe colombiano, y ver la diversidad de aves la verdad que es fascinante. Además, es bonito ver las labores y tradiciones que genera la naturaleza”, agrega Emmanuel.

Ecoparque 

Otra dinámica social que aborda las salidas de campo es conocer el avance de las obras del proyecto del ecoparque, liderado por la Alcaldía de Barranquilla, y lo que ello implica.

En el segundo semestre del año, el Distrito espera que las primeras fases de este espacio abran sus puertas y permita a los ciudadanos vivir una nueva experiencia de contemplación de zonas naturales y especies nativas.

“El ecoparque es un proyecto interesante que permitirá que  las personas de Barranquilla y los visitantes puedan acceder a un sitio natural como la ciénaga y observar su biodiversidad, lo cual antes no era posible porque no había un espacio público para ello.

Sin embargo, el turismo puede ser negativo si no se maneja adecuadamente.

Si tú no controlas el número de visitantes, los lugares por dónde va a caminar la gente, si se va a botar más basura o si las personas llegan a hacer ruido se puede alterar negativamente la dinámica de las especies que viven en la ciénaga.

Por eso lo importante no es si hace o no, sino cómo se hace”, advierte la profesora Aldana.

En la primera unidad funcional del ecoparque se habilitarán las áreas palafíticas en las que se podrá caminar por encima de la ciénaga, interviniendo más de 15 mil metros lineales, en los cuales se ubicaron 1.384 pilotes.

De acuerdo con la Alcaldía, el Centro de Oportunidades ha estado trabajando de la mano con 19 asociaciones de pescadores en la Ciénaga de Mallorquín, adelantando sensibilización y socialización acerca de la ruta del proyecto, con el objetivo de “involucrarlos para que las personas que han vivido cerca de este ecosistema y han padecido, puedan ser los que se beneficien ahora en conjunto”.

Es por eso que las docentes hacen un llamado a todos los actores sociales alrededor de la ciénaga y sus áreas de influencia (Alcaldía, empresas, comunidades y academia) para contribuir a este tipo de procesos.

Para que todos los conocimientos y herramientas se puedan utilizar de forma adecuada y se concrete un proyecto que le apunte a la conservación, la recuperación, restauración de los ecosistemas y a la generación de mejores condiciones de vida para las personas.

Fuente: Universidad del Norte