Por Jaime Rueda Domínguez
El 16 de marzo de 1941 en la Cra 43 # 60-29 se fundó el Hospital Infantil San Francisco de Paula, llamado por los barranquilleros el “El Hospitalito”.
Nació gracias a la iniciativa de doña Elisa Roncallo de Rosado, quien apoyada por la Arquidiócesis de Cartagena y un grupo de ciudadanos, asumió la encomiable labor de sacar adelante el proyecto.
La meta era construir el primer ente hospitalario especializado en atención de niños, con prelación para aquellos de escasos recursos o población infantil desvalida.
Bajo la dirección del médico Manuel Domingo Abello Falquez abrió sus puertas en la manzana de la carrera 41 a la 43, entre calles 60 y 61.
Sus primeras salas: de cirugía, ortopedia, laboratorio clínico y urgencias tuvieron una capacidad para veinte niños. Su segundo director fue Ramiro Parias, por 15 años, y su último director el pediatra cartagenero Libardo Diago Guerrero.
El brote de epidemias posteriores hicieron abrir pabellones de gastroenteritis, sarampión, difteria y polio, entre otras.
Contaba con la protección de un grupo de damas voluntarias, lideradas por la esposa de don Ezequiel Rosado Jr, (llamado cariñosamente Cheque), doña Elisa Roncallo de Rosado.
De la unión de don Ezequiel y doña Elisa nacieron tres hijos: Eduardo, Nora y Rita.
La matrona barranquillera fue una líder social humanitaria. Fundó la institución en un terreno donado por sus padres don Alberto Luis Roncallo y Sara Vilar de Roncallo.
Elisa Roncallo de Rosado
Su verdadero nombre, Fundación Hospital Infantil San Francisco de Paula, institución de derecho privado, sin ánimo de lucro, con personería jurídica otorgada por el Gobierno Nacional según resolución No 79 del 29 de julio de 1942. con la protección de un grupo de damas voluntarias.
Tenía, Sala de Quemados (única en la Costa), de lactantes, ortopedia, emergencia, laboratorios y dos salas de cirugía, siempre pensando en la niñez desprotegida.
En 1963 nacieron las “Damas rosadas”, un servicio de voluntariado y filantropía.
Pero lamentablemente el 14 de abril de 2009 La Supersalud ordenó su cierre definitivo.
En 1991 cuando debía celebrar por lo alto sus Bodas de Oro, atravesaba su peor época; no era un cincuentón feliz.
Ya estaba abocado a terminar su existencia como entidad privada, sin ánimo de lucro, para convertirse en un organismo estatal. Debido a la crisis económica que lo aquejaba, representada en gastos 1.500 millones de pesos anuales.
Sus mejores días ya habían pasado, cuando por largos años, fue el primer centro de atención infantil y único especializado en la Costa, al cual acudían pacientes de los más apartados lugares de la región.
Incluso, sirvió de modelo a la primera dama de la nación Lorencita Villegas de Santos para la fundación del hospital que lleva su nombre en Bogotá.
La desventura comenzó cuando la Alcaldía de Barranquilla instaló puestos de salud en los lugares periféricos de la ciudad, mejorando la salud de muchos niños y competencia directa para el Hospitalito.
La falta de tecnología (según entrevista concedida al diario El Tiempo el 14 de junio de 1991 por el pediatra, Libardo Diago Guerrero, Diago), también contribuyó a acelerar la decadencia de la entidad.
El montaje del pabellón para pensionados donado por Avianca, sirvió para subsidiar a los pacientes de escasos recursos, mitigando temporalmente la crisis financiera.
También, en su desespero por evitar la extinción, padres de familia hacían donaciones a los familiares de los más necesitados.
Ya en sus estertores, Diago Guerrero, consiguió para el San Francisco de Paula, con un pool de instituciones de Estados Unidos, la donación de tres electrocardiógrafos, un equipo de rayos X y dos ventiladores, valorados en noventa millones de pesos (cifras de hace tres décadas).
Además, desde 1975 empezó a recibir ayuda del Estado. Sin embargo, estos esfuerzos fueron insuficientes para su sostenimiento y finalmente cerró.
Parte de esta reseña del Hospitalito fue publicada por Teobaldo Coronado Hurtado en Teomédicas.
ELISA RONCALLO, SU NOMBRE EN UNA ESCUELA
Mediante Decreto #100 del 22 de mayo de 1956, el alcalde de Barranquilla, Rodrigo Carbonell, bautizó con el nombre Elisa Roncallo de Rosado, a la Escuela Pública No. 27 a solicitud de los vecinos del barrio Palacio Plaza.
En los considerandos, el decreto destaca que “la mencionada dama al frente de la Superintendencia de Educación, ha rendido una espléndida y meritoria labor, poniendo a su servicio su brillante inteligencia y la fuerza de sus iniciativas”.
[Fuente: El Tiempo].