POR: JAIME RUEDA DOMINGUEZ
Nuestros lectores saben que con frecuencia desempolvamos historias sobre la vieja Barranquilla,y hasta contamos verdades arteramente ocultas, como en el caso de la Almendra Tropical.
A comienzos de 2016 nos propusimos hacer una crónica sobre la historia de la Casa Vargas, donde mi padre -que trabajó con entero toda la vida- se vistió, y nos decía que en su momento fue la sastrería más elegante de la ciudad en la década del 40, 50 y declinó en los 60.
La inquietud nos nació después de habilitarse el antiguo edificio de la Casa Vargas como el Centro Cultural del Libro.
En una nota publicada en El Heraldo por, Adlai Stevenson Samper, el 24 de noviembre de 2013, contaba que el elegante edificio de la Casa Vargas Ltda. “se construyó en el mismo terreno donde estuvo el caserón de dos pisos de Elías Pellet Buitrago, el fundador de la radio comercial colombiana, y en donde funcionó con sus altoparlantes la sede de la Voz de Barranquilla hasta su muerte en 1938”.
Al la derecha del Banco Comercia de Barranquilla, el caserón de dos pisos de Elías Pellet Buitrago. Al tumbarlo se levantó allí el edificio de la Casa Vargas.
También, recordaba que “la sastrería, con muy buena reputación, era frecuentada por políticos, industriales, comerciantes y ganaderos, para que les confeccionara su vestuario”.
Aprendí de esa crónica que en 1942, don Gabriel Vargas, cabeza visible de la encopetada sastrería, dio declaraciones a una revista dedicada a los hombres ilustres de la plaza, dilucidando sobre el concepto de elegancia.
Vargas dijo que a su juicio radicaba en la sencillez: “El sastre moderno debe adoptar cada traje a la persona que ha de usarlo, teniendo en cuenta su fisonomía, contextura del cuerpo e incluso sus excentricidades, para darle cierta tonalidad a la prenda”.
Quisimos ahondar en el tema y consultamos con el siempre recordado escritor, periodista, libretista, historiador, locutor y publicista, Álvaro Ruíz Hernández, quien nos honraba con su amistad desde 1984 y de quien estamos seguros tenía un cerebro con una memoria RAM de más de 16 Gigabytes.
Álvaro, con una generosidad y receptividad sin límites, nos respondió contándonos en su prosa única, otras facetas para mi desconocidas, muy ligadas a una época beisbolera local.
Esta es prácticamente una crónica póstuma e inédita escrita por Álvaro Ruíz Hernández el 3 de mayo de 2016 y que conservamos en el correo privado de Facebook.
“Bueno Jaime: la Casa Vargas salió desde los estertores de los 40s fundada por los viejos antecesores de los Vargas que la regentaron desde aproximadamente el 53.
Uno de ellos era tocayo tuyo, y el otro era Gabriel homónimo del requintista que reemplazó a Alfredo Gil en Los Panchos: GABRIEL, Gaby VARGAS.
Irrumpieron con el propósito de bajarle los humos a Everfit, el traje listo y a su medida bajo la batuta de Enrique Buitrago
Recuerdo que no tenía con quién en esa línea. Casi adolescente yo recuerdo que su razón social era ALMACENES EBR, EVERFIT y la gente del pueblo hablaba de los “everfiaos”, porque una de las razones de su éxito era que daban crédito cómodo.
Bueno, la realidad querido Jimmy es que los Vargas tampoco pudieron con Buitrago, hasta que en 1955 se les apareció la Virgen, cuando el béisbol profesional tuvo su más brillante campaña con la llegada de Nakamura por Los Indios de Cartagena y la irrupción de Los Eléctricos del Willard.
Entonces La Casa Vargas decidió jugarla toda en la formación y patrocinio de un equipo muy querido que se llamó VANYTOR.
Los famosos “elegantes del Vanytor” que era el rótulo comercial de sus trajes cuyas ventas subieron como la espuma, pero al final salieron como decía mi difunta madre, “con su pata de banco ” dejándose apalear por los Indios de Cartagena que fueron campeones.
“Los Elegantes” no le pudieron ganar ni un solo juego en la final y perdieron 4 en fila.
Como esta tierra es así, la fanaticada le cogió bronca a todo lo que oliera a Vanytor y a Casa Vargas.
Pero no se crea como sería muy explicable creerlo, que Everfit recobraría su mandato, porque como en “río revuelto ganancia de pescadores”, surgió VALHER, el vestido perfecto que se apoderó del liderato.
Claro que Casa Vargas continuó pero tampoco pudo con Valher y se sostuvo con el prestigio logrado de todas maneras y porque en realidad era productora de buenos trajes y se animaron para la siguiente campaña beisbolera de Oct. 56 a Feb. 57 y tampoco pudo ser porque el campeón fue el Torices Kola Román.
Aquí los Vargas se desanimaron y vendieron la franquicia para el campeonato de Oct. 57 a Feb. 58, que fue el ÚLTIMO de aquella época gloriosa de la pelota chica.
Y lo que es la vida Jaime, ese año el Vanytor fue campeón ya cuando a los Vargas como en el viejo vallenato del negro Durán ” no los consolaba nadie”.
Allí estuvieron sin embargo, al lado del Banco Comercial de Barranquilla un tiempo más hasta cuando la invasión de vendedores estacionarios. que llamaron San Andresito, alboreando los 60s volvió ese pedazo una etc. y aun cuando después los sacaron de allí, ya habían maleado la plaza y nunca mejor empleado el término.
Eso principalmente y la aparición de nuevos y pujantes empresarios de esa línea determinaron el fin de la Casa Vargas.
Yo sinceramente, apartando el trailer ese del equipo de béisbol, que les dio mucha popularidad, porque los peloteros cubanos y gringos iban mucho al almacén, no le vi nunca a La Casa Vargas cosa alguna de gran significancia propia.
Solo referenciales, como estar prácticamente en el sitio donde parte con fuerza la radio de Pellet Buitrago y Amortegui, donde estaba la esquina del Cañón Verde, donde pernoctó Bolívar ahí cerquitica y donde estuvo el viejo Portaccio padre de los Portaccio Fontalvo, colegas tuyos aunque tú entonces no habías nacido.
Fue la “primera hemeroteca” de Barranquilla ya que el buen señor guardaba periódicos viejos y los vendía a precios tan altos como antiguos fueran.
Clientes famosos? Hombre Jaime, muchos entre ellos tu amigo Julito Gerlein Comelín; Don Rodrigo Carbonell, Gerente de Croydon y del Banco Cafetero.
Sus parientes, Eduardo Carbonell Insignares y Próspero Carbonell McAusland y pásmate!, ahí llevaron a comprarle un vestido a Javier Pereira, el hombre más viejo del mundo, al que Matilde Díaz le cantó un porro cuando le enviaron a Estados Unidos para certificar su edad de 150 años mínimo.
Bueno y otros más que iban a darse coba con esos famosos beisbolistas que después fueron Grandes Ligas.
Pero vaya chico, Jaime, muchos famosos también iban a Everfit y después a Valher.
Bueno Jaime es todo, hermano, espero te sirvan estos datos que te he suministrado con la mejor voluntad y mucho amor. Te abrazo viejo y querido amigo”.
(Alvaro Ruíz Hernádez nació en Barranquilla el 23 de agosto de 1933 y falleció aquí mismo el 11 de agosto de 2016, con una lucidez mental asombrosa. Escribió en las redes sociales hasta el ultimo día de su vida).
Jaime Rueda Domínguez