En el Día del Periodista, recordando al Poeta José María del Castillo

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Co mi amigo inolvidable y respetado colega, José María del Castillo, en el patio de su casa a mis 21 años.

Por: Jaime Rueda Domínguez

En 1976, José Cervantes Angulo, corresponsal del diario El Tiempo, fue nombrado director de Radiosucesos RCN Atlántico por Orlando Cadavid Correa, director nacional del noticiero. En ese año yo estaba vinculado a la cadena de Carlos Ardila Lulle.

El autor de los libros “La noche de las luciérnagas”, “Rebelión” y “Edgar Perea polémico”, llamó a formar parte del equipo redacción a Mario Morales Duque; de Bogotá Cadavid le recomendó a Oscar Rubio Cárdenas un periodista de Manizales, y a José María del Castillo, más conocido en el gremio como “el poeta”, quien laboraba para “Informando” de Marcos Pérez Caicedo y al mismo tiempo era profesor de español del Colegio Oficial de Bachillerato Carlos Meisel.

Las emisiones las leía, Eduardo Hernández Vega, una voz fresca, potente y de excelente dicción que tenía Radio Cadena Nacional en la ciudad, quien además era el director artístico de La Voz de Barranquilla desde el 24 de enero del 75 cuando el gerente era Edgar Perea Arias.

En esta gráfica de izquierda a derecha sólo reconocemos a Juan B. Fernández Renowitzky Porthos Campos Pineda y de último “el poeta” José María del Castillo.

José María nació en Barranquilla el 25 de agosto de 1919 y falleció en los Naples (Florida -EE.UU.) el 2 de octubre 2000. Estudió en el Colegio de Barranquilla (CODEBA) y compartió aulas con maestro del periodismo deportivo Chelo de Castro C., fallecido el 20 de julio de 2022.

El poeta era un veterano reportero que pertenecía a la vieja escuela empírica, moldeado en la lucha diaria, cuando los periodistas no iban  “al aire”, no formaban opinión  y prácticamente sólo escribían cuartillas.

Usaba cargadores y boina. Muchas de sus noticias las encabezada con la frase: “Fuentes que tienen por qué estar bien enteradas…”. o aquella del hombre que se ahorcó que comenzó diciendo: “Como péndulo macabro fue encontrado…”.

Me contaba historias de cuando trabajó en el diario La Prensa dirigida por Carlos Martínez Aparicio y en el vespertino El Nacional de Julián Devis Echandía.

Plutarco Barraza

De vez en cuando se aparecía por la Redacción, Plutarco Barraza Olivares, propietario de La Voz Porteña, emisora que luego negoció con Santiago Munévar Silva, gerente general de RCN.

Plutarco, irreverente como era, le quitaba la boina, se la ponía y en sorna le decía “poeta anacoreta”. Eso le daba gran ira y se defendía diciéndole “usted lo que quiere es untarse de mi inteligencia”.

En la siguiente gráfica, la sala de redacción de RCN con máquinas de escribir manuales Remington 20. Al fondo el poeta frente al Télex #  43279 por donde se enviaban a Bogotá en cinta de papel grabadas, las noticias más importantes de Barranquilla. También alcanza a verse parcialmente un afiche de una mujer promocionando la canción En la nalga pégale, pégale, de la Cumbia Moderna de Soledad.

Sala de Redacción de Radiosucesos RCN.

Su familia

Rápidamente nos hicimos buenos amigos a pesar de la diferencia de edad. Lo respetaba como a un padre y escuchaba atentamente sus enseñanzas y anécdotas con muchos exgobernadores del Atlántico, ex alcaldes de Barranquilla y políticos del patio.

Me llevó a su casa en el barrio Boston, a pocos metros de La Tiendecita de Monchi y me presentó a su esposa, Marina Charris (fallecida el 2 de abril de 1997) también educadora, y a sus hijos, Vladimiro, Luz Helena y María Astrid “La Princesa”. Con frecuencia lo visitaba.

En el patio de la casa del Poeta; a mi lado Marina, su esposa.

En Juan de Acosta

Conocimos a Alfonso Molina en 1978 aprovechando el Transmóvil No. 4 de La Voz de Barranquilla para recorrer los pueblos. Ese día fuimos hasta Juan de Acosta con el poeta  y Oscar Rubio. Al llegara a este (pueblo bueno y decente, como dice la canción de Julio Ojito) nos dirigimos a la casa del compositor, queríamos conocerlo. Todo el mundo sabía donde vivía. Nos recibió con gran hospitalidad y sencillez, sacó su guitarra y cantó El Cóndor legendario, gran éxito musical con los Hermanos Zuleta Díaz. (Alfonso Molina falleció el 10 de agosto de 2021)

La Casa del Periodista

Por él me enteré que la casa del Círculo de Periodistas de Barranquilla de la calle 55 (Pacífico) # 46-83, inmueble patrimonial reducido a una ruina, fue una donación que hizo el abuelo materno del ex alcalde y mi profesor en la Autónoma, Álvaro de la Espriella Arango. En este momento un grupo de valiosos colegas comienza a librar una dura batalla para que resurja el CPB y la casa del barrio Boston.

José María frente a la entrada de la Casa del Periodista,

Luz Helena, enfermera profesional trabajó en el Seguro Social Unidad de la Vía 40 y por esas coincidencias de la vida, atendió a mi esposa en una cirugía. Más adelante cuento algo más de ella.

María Astrid, la me acaba de compartir todas las fotos que ilustran esta publicación y me dijo que en el Museo Romántico hay una gráfica de la primera junta directiva elegida en el Círculo de Periodistas de Barranquilla.

Otra foto en la casa del Poeta. A la izquierda José Cervantes Angulo, después José María y de último este servidor. Los otros dos, no los identifico.

También, por su bagaje en la lengua de Cervantes aprendí que es un error decir etcétera, etcétera, etcétera”. Me explicaba que “etcétera significa ‘y lo demás’, y a nadie se le ocurriría decir y ‘lo demás y lo demás y lo demás’.

Los tocayos

A José Cervantes Angulo el poeta le decía tocayo. Generalmente “care palo” como lo llamaba el difunto Carlos Lajud Catalán, aparecía por la Redacción un poco antes del mediodía. Un lunes llegó taciturno y José María le preguntó: “¿Qué te pasa tocayo?”. Cervantes estaba separado y le comentó lo que le había pasado el domingo. “Imagínate, ayer saqué llevé a Arturito [su hijo menor] al parque Venezuela, se sentó conmigo en una banca y me ha preguntado: ¿papi, tú cómo te llamas?”. A lo que el poeta exclamó: “Miércoles tocayo, como para el título de un poema”.

Reinaban los empíricos

En mis primeros años de periodismo, la plaza de Barranquilla, en prensa y radio, porque no todavía canales regionales de televisión ni corresponsales de los noticieros de Bogotá, la dominaban periodistas empíricos quienes por el hecho de no poseer un de título universitario no les impedía ejercer la actividad con habilidad, experiencia y profesionalismo. Y la mayoría, varones.

Entre tantos, recuerdo a periodistas y locutores de hace 50 años: Aldo Pomares Agámez, Juan B. Fruto Camargo, Levy Rodríguez, Ely Alba Alba, Juan Bosco Socha, Carlos Piñeros, Fernando Awad Blanco, Cristian Pérez Labrador, Manuel Roberto Badrán Ahumada, Carlos Oliveros, Juan Eugenio Cañavera Vásquez, Ricardo Díaz de la Rosa, Porthos Campo Pineda, Mario Morales Duque, Aníbal Consuegra, Alfonso Castro Bermúdez, Gabriel Forero Sanmiguel, Octavio Vargas, Alberto Navarro Urueta, Manuel Pérez Fruto, Coti Nieto, Carlos Consuegra Donado, Gina Malabet, Pablo Rodríguez Blanco, Tomás Emilio Alba, Juancho Illera Palacio, Juan Francisco Soto (costarricense), Juan Goenaga Pérez, José Joaquín Rincón  Chávez, Marcos Pérez Caicedo, Gustavo Castillo García, Ventura Díaz Mejía, Manolo Villareal, Orlando Vargas Palmera, José Manuel Iguarán, Norberto Tejeda (Norte), Luis Emilio Valderrama, Rodolfo Rodríguez Calderón, Guillermo Martínez Navarro, Nelly Romero, Alicia Rosales Navarro (La Peña Alicia), Emma Revollo Samper (La Dama de la Radio), Carlos Sanín Vermount, Carlos Osío Noguera, Víctor Herrera de la Espriella, Amado Blanco Castilla, Aquiles Berdugo Escobar, Rafael Xiques Montes, Hernando Quinterio Millán (Quillán), Hernando Gómez Oñoro, Jaime Jiménez Vides, Mariano Orozco, Josefina Llanos, Marco T. Barros Ariza, Pedro Juan Meléndez Comas, Felix Chacuto e Isaac “Chaco” Senior Armando cabrera Muñoz (Los Agrónomos Opinan), Camilo Monroy Pablo Donado, Pablo Salcedo Manjarres, Jesús Palencia y Beatriz Manjarres.

Sus dichos

El poeta tenía su propia jerga. Por ejemplo, a las personas en quienes percibía poco cacumen les decía “mamachiva”; a los serviles y sumisos, “ladinos” y a los que cometían errores ortográficos crasos “delincuentes del idioma”.

En este mismo sentido, cuando se encontraba con una noticia mal redactada, “enjardinada” de palabras innecesarias o redundantes, me decía: “Qué trabajoso es escribir así”.

El poeta aseguraba que era una incorreción decir “los carnavales” ya que la fiesta era una sola y lo correcto era “el Carnaval”.

En esa época hacíamos tres emisiones diarias de lunes a viernes por la Voz de Barranquilla y dos los sábados. Precisamente, en broma decía “a mi los sábados después del medio día háblenme sólo de Chivas…Regal”.

Hacía libretos

Medio siglo atrás, escribir libretos en la radio para musicalizarlos estaba casi en desuso; tal vez, sobrevivían los que hacían el maestro Álvaro Ruíz Hernández, Alfredo de la Espriella en vivo en sus café conciertos y los que “craneaba” en RCN José María del Castillo.

En 1978 escribió uno dedicado al Carnaval de Barranquilla y allí evocó por qué el Bando se leía el 20 de enero.

En la reseña rememoró que “el 20 de enero es la Fiesta de San Sabastián en el Santoral católico, el día que el invasor español le daba licencia a los negros esclavos de Cartagena quienes durante trece días se desinhibían y se entregaban al desenfreno sin temor a represalias del opresor. Ese largo jolgorio se extendía hasta el 2 de febrero Fiesta de la Candelaria “.

Cuando murió Juan Pablo I

Recuerdo que el día murió el Papa Juan Pablo I (Albino Luciani) el 28 de septiembre de 1978, estábamos reunidos con el poeta en el apartamento de José Cervantes Angulo, en El Centro a media cuadra del Hotel Caribana, escuchando música de “Pacho Galán en percusión”, cuando se conoció la primicia mundial gracias a la edición extraordinaria que sacó el diario El Heraldo.

Un recuerdo del colega Mañe Vargas

Manuel Vargas Cruz es un aguerrido comunicador con quien laboré en la Voz de la Costa, hasta mi retiro de la Radio en 2018. En su muro de Facebook hizo el siguiente comentario recordando al poeta del Castillo:

“Cuando estudiaba bachillerato en mi inolvidable Colegio Oficial de Bachillerato Carlos Meisel, en clase de español el Profesor, Poeta y periodista José María Del Castillo, nos puso un ejercicio de ortografía que consistía en colocarle los signos de puntuación a un texto denominado EL TESTAMENTO DE DON FACUNDO. En dicho texto figuraban explícitamente 4 personajes. El Sobrino, la suegra, el sastre, y el mendigo. Y un quinto personaje implícito. El Juez o el notario. El estudiante escogía a un personaje y le colocaba la puntuación de acuerdo con sus intereses”.

El Día del Periodista

Como hoy 9 de febrero es el Día del Periodista en Colombia, ayer recordé un soneto que José María del Castillo escribió, o al menos me enseñó en 1981. Puse a correr a su hija Luz Helena radicada en Naples, Florida y anoche mismo me llamó para decirme que lo había encontrado. Tiene fecha febrero de 1981.

Me comentó que era la “mujer consentida” de su padre, hasta tal punto que al fallecer su madre, “el Poeta” se fue a vivir a los Estados Unidos, amenazando antes con hacer “huelga de hambre” si no se lo llevaba a su lado.

Lo curioso es que este servidor se lo envió al “bigutudo” Darío Hoyos, director nacional de Radiosucesos RCN en Bogotá, con la siguiente nota: “Con motivo de celebrarse hoy 9 de febrero el Día del Periodista, apelo a vuestra caballerosidad para solicitarle le de cabida al soneto heroico del periodista y poeta barranquillero, José María del Castillo, redactor de Radiosucesos RCN Atlántico. Atentamente, Jaime Rueda Domínguez”.

El poeta le colocó el ante título: “…a los colegas que siguen de pie en el palenque”.

El Periodista

Hay un hombre que trabaja sin horario/y responde siempre al llamar a lista/es godo, o liberal comunista/y llega por honor a presidiario.

Es poeta, soñador y visionario/no ve la explotación por ser artista/la verdad y el amor son un poemario/en su egregia misión de periodista.

No descansa buscando la noticia/porque lleva en la sangre la justicia/que no tienen los falsos y serviles.

Soldado de la pluma y la cuartilla/por tu verdad transitas por la orilla/de la muerte en la flor de los fusiles.

JOSE MARIA DEL CASTILLO

Barranquilla, febrero de 1981

La cuartilla original donde el poeta plasmó su soneto.

Finalmente, la caricatura que le dedicó Orlando Rivera el 25 de agosto de 1949 al cumplir 30 años. Todavía no se conocía con su futura esposa Marina Charris.

Sabía que algún día tenía que hacerle un homenaje al querido Poeta José María del Castillo y mejor fecha que un 9 de febrero, imposible.