“Barranquilla y el Caribe deben tener en sus profundas aguas un terminal de gran calado para complementar el servicio de los actuales puertos ubicados en el río Magdalena”.
Además, “debe convertirse convierta en una zona franca de más de 1.000 hectáreas que atraiga la atención de los grandes inversionistas del mundo”.
Las anteriores propuestas fueron hechas por el alcalde Jaime Pumarejo a miembros del sector portuario, para fortalecer la oferta de servicios a grandes clientes a nivel global.
La iniciativa consta de un patio de maniobras, muelle fluvial de barcazas, pilotaje con una banda transportadora y una vía a modo de puente de conexión entre el primer muelle a 20 metros de profundidad, para llegar a la terminal a más de 45 metros de profundidad natural que no necesitan dragado y minimiza operaciones de mantenimiento.
En su intervención, el mandatario sostuvo que con 115 millones de dólares se podrán tener los primeros dos muelles de la zona del puerto de aguas profundas, seguido de una expansión de 90 millones de dólares.
Estas inversiones duplicarían el área de maniobras, el área de almacenamiento y, al mismo tiempo, pasar de dos a cuatro muelles.
Así, se brindaría la posibilidad de tener terminales de aguas profundas, muelle de barcazas fluvial y una zona franca y de maniobras de proyectado de hasta 800 hectáreas.
“No necesita dragado, necesita prácticamente muy poco mantenimiento y sería un complemento. Inicialmente no se contempla una vía, sino que pueda llegarse mediante las barcazas del río Magdalena”, preciso Pumarejo Heins.
Agregó que la ubicación privilegiada de la ciudad le ha permitido consolidarse como un puerto para el transporte fluvial y marítimo al interior de Colombia, al tiempo que se ha logrado afianzar la relación con el comercio exterior, favoreciendo al desarrollo de la Puerta de Oro.
El Distrito entregará el proyecto con el sector portuario, bastante consolidado, para que se conforme una promesa de sociedad futura y que esta pueda recibir inversión de la Alcaldía, de la Gobernación, para que el sector privado jalone el proyecto.
De esta manera, se demostraría que se puede tener una terminal marítima de aguas profundas con una terminal fluvial financieramente viable, bancable (que tenga cierre financiero, que complemente al sector portuario)”, expresó el alcalde quien reiteró que todos los puertos existentes pueden ser socios y utilizarlo para sus proyectos y clientes existentes.
“No es una competencia, sino un complemento. Además, los tres grandes puertos del Caribe colombiano, Santa Marta, Barranquilla y Cartagena, utilizados actualmente para la industria, agroindustria, petroquímica y demás, puedan complementarse”, manifestó.
Esta Zona Portuaria de Aguas Profundas —ZPAP— se ejecuta bajo parámetros medioambientales preservando la ciénaga de Mallorquín, la reserva de cerca de 1.000 hectáreas que fueron recuperadas en la actual administración, y que permitirá la protección de este espacio y de la playa, toda vez que la estructura portuaria quedará en el tajamar occidental apartado de las zonas críticas de estos ecosistemas.
“Este proyecto sostenible y ecológico — refiriéndose al Ecoparque Ciénaga de Mallorquín y la extensión en la recuperación de las playas de Puerto Mocho— ha hecho que seamos una de las ocho ciudades modelo por el programa de medioambiente de las Naciones Unidas en el que expusimos cómo hemos recuperado y empezado a determinar este espacio como una reserva natural. Aquí -en la playa- iban a haber puertos de aguas profundas y hemos determinado que este espacio debe ser conservado, preservado y recuperado”, indicó el alcalde Pumarejo.
Fuente: Alcaldía Distrital de Barranquilla