Dado que se evidencia un cambio en la tendencia y ahora es mayor el número de hogares arrendatarios que el de propietarios, los arriendos se hacen cada vez más relevantes para la economía del país porque un 40,2% de las familias habita y demanda una vivienda en alquiler, en concepto de Fedelonjas.
7 millones de hogares que viven en arriendo están encontrando en el alquiler la mejor forma de tener una vivienda de calidad y bien ubicada, para mejorar su calidad de vida, porque si dependieran exclusivamente de sus ingresos o de los subsidios estatales, solo tendrían la posibilidad de pagar una solución de muchas menores especificaciones”, agrega el gremio que reúne a más de 10.500 agentes inmobiliarios en Colombial.
Las nuevas generaciones tienden a vivir en arriendo porque le dan prioridad a su calidad de vida, prefieren vivir muy cerca de sus lugares de trabajo o estudio, llegar en bicicleta o incluso a pie y por ser hogares mucho más pequeños también buscan espacios con menor área.
“Debemos estar preparados para atender esa demanda con nuevos estilos de vida”, indica Mario Ramírez, vocero de Fedelonjas, quien revela que este será uno de los temas de análisis durante el 39 Congreso Nacional del sector que se realizará del 23 al 25 de agosto en ExpoFuturo en Pereira.
Al incrementarse la demanda de arrendamiento, también se estimula la oferta de vivienda en alquiler.
De una parte, los propietarios están mejorando sus inmuebles mediante adecuaciones y remodelaciones para recibir ingresos adicionales, lo que jalona el empleo de mano de obra no calificada.
Y de otra, quienes tienen ahorros los invierten en finca raíz porque saben que los cánones empiezan a recuperarse.
No obstante, el líder gremial también llama la atención sobre cómo el incremento de los cánones de arrendamiento -que llegó a 4,41% en el primer semestre- no se ha llevado al tope del incremento permitido para el 2023 (del 13,12%) ni a la inflación del semestre (6,15%).
Se explica porque el aumento de los servicios públicos ha reducido el ingreso disponible de los hogares y por ende su capacidad de pago.
Estos incrementos afectan especialmente la capacidad adquisitiva de los hogares de menores estratos que es donde se concentra la mayoría de quienes habitan en arriendo.
Fuente: Fedelonjas