POR. JAIME RUEDA DOMINGUEZ
A Moisés de la Cruz Gómez, reconocido locutor cartagenero, promotor de artistas en la región Caribe, y uno de los impulsores de la champeta, quien falleció ayer en una clínica de Barranquilla, lo conocíamos desde los años 80.
En los cinco primeros años de esa década, nosotros todavía estábamos en la dirección de Radiosucesos RCN Atlántico y él llegaba a la Voz de Barranquilla a dejarle material discográfico a Oswaldo Sampayo quien escribía notas de farándula en la Revista Miércoles del diario El Heraldo.
Luego en 1985, Dorian Fayad (a la sazón propietario de Radio Piloto), Oswaldo y este servidor conformamos la sociedad de Noticias Ya, iniciando el noticiero el 15 de julio.
Cualquier día Moisés llegó a Piloto, su casa radial, donde era muy apreciado, y nos pusimos a conversar.
El racismo en Colombia
El diálogo se tornó más serio y sin haberle preguntando nada sobre la repudiable ideología que defiende la superioridad de una raza frente a las demás, nos ha comentado:
“Viejo Jaime, tu no te imaginas lo que sufrimos los negritos en este país. Muchas veces he llegado con cita previa a una oficina, me anuncio con la secretaria y le digo que le avise a su jefe que ya llegué. Siento que me repara de pies a cabeza. Entonces me pone en lista de espera y solo me anuncia por el conmutador cuando le da la gana. Una vez el jefe le reclamó, ¿señorita por qué no lo hizo pasar antes si Moisés tenía una cita conmigo? sencillo, por ser de color negro. Por eso los negritos tenemos que ayudarnos y usamos cadenas de oro y esclavas, porque necesitamos adornar nuestra presencia“.
