Por: Jaime Rueda Domínguez
El estadio “Juana De Arco”, cuna de nuestro béisbol y del propio béisbol colombiano, fue primero que “La Cabaña” de Cartagena, y desde luego, que el ya demolido “Tomas Arrieta”, construido en 1946 para los V Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Estas son palabras del textuales del más longevo periodista deportivo del mundo, don Chelo De Castro C.
No se puede ignorar que con anterioridad, el 6 de octubre de 1916 se realizó el primer partido oficial de Beisbol en Barranquilla, entre los equipos Atlantic Base Ball Club y Barranquilla Base Ball Club.
El evento se desarrolló donde estuvo el Coliseo Cubierto Humberto Perea, antes llamado Campo 11 de noviembre y hoy, Palacio de Combate Sugar Baby Rojas.
El Juana de Arco funcionó entre 1928 y 1935, cuando empezaron a jugarse partidos de pelota caliente en el nuevo Municipal, adaptado luego para practicar fútbol.
El estadio era propiedad del Colegio Biffi LaSalle, construido bajo la dirección del hermano Pedro, un religioso perteneciente a la comunidad lasallistsa.
“Su verdadero nombre era Chaumont, Marc Pierre, (Marco Pedro Chaumont), y el religioso: Aristi Bertin; pero todos le llamaban, El Hermano Pedro”, relata una crónica del maestro Chelo de Castro.
El colegio Biffi La Salle inició sus labores en Barranquilla el 26 de enero de 1896.
El Hermano Pedro, también construyó la Capilla del Colegio Biffi en el Centro.
Hablaba francés y había estado en el colegio de los Hermanos Cristianos en La habana, donde posiblemente nació su interés por el Baseball.
Según Chelo De Castro fue un gran forjador de pitchers o lanzadores.
El nombre Juana de Arco, probablemente, fue en homenaje a la heroína francesa canonizada en 1920, ocho antes de inaugurarse el escenario.
Una carta del ciudadano Eduardo De Castro, registrada en el libro de las Bodas de Oro del Colegio Biff, señala:
“Esa adquisición de los Hermanos Cristianos, ese deseo de hacer progresar el deporte, fue la base, los cimientos, la estructura de la Liga, cuya primera presidencia ocupó Víctor Dugand y su primera tesorería el hermano Pedro. Muy merecidas y justas ambas designaciones.
Terreno y Liga, pero sin que el estadio propiamente dicho fuera una realidad.
Pero inagotables reservas de energía, de decisión, epilogaron el propósito. Pronto, el estadio que llevó el nombre de la heroína francesa , se vio cercado de planchas de zinc y su terreno de juego, adornado con tribunas de madera que abarcaban desde home-plate, de un lado, hasta la primera base, y del otro, hasta la tercera esquina.
La eficaz y decisiva influencia del Colegio Biffi , cristalizó en orgullosa realidad”.
En 1999, en su casa del bario El Carmen, entrevistamos a Roberto Meléndez ((Barranquilla, 31 de marzo de 1912 – 20 de mayo de 2000).
“El flaco” nos confirmó que el Juana de Arco quedaba en la calle Cartagena (63), entre el callejón de California (carrera 43 o 20 de julio), y el callejón de El Cuartel (Cra 44),
El home-plate daba para la 44 y cuando alguien bateaba un homerun, tenía que ir a buscar la pelota por el callejón del Cuartel frente al lote que ocupó Carlos Dieppa y desde 1996, Combarranquilla Boston.
Quien lo creyera, la enciclopedia virtual Wikipedia en un artículo titulado: Estadio Juana de Arco, tiene un error histórico inexplicable, al asegurar que “en 1935 fue demolido para construirse en su sitio el estadio Romelio Martínez”.
Jaime Rueda Domínguez
[Fuentes: Chelo De Castro; Jorge Villalón;: Conservación del Patrimonio Arquitectónico: Alfredo De la Espriella, José Nieto; Alvaro Mendoza Arango; Barranquilla 200 años, Antonio Almendrales y El Tiempo].