Difícilmente olvidamos cómo fue nuestro primer día de trabajo en las lides periodísticas, especialmente hoy, cuando se cumplen 45 años de aquella lejana fecha.
Estudiábamos de noche 4o. semestre de comunicación social en la Universidad Autónoma del Caribe, cuando había un solo bloque de color rojo que miraba hacia la carrera 46. Era decana del programa, Emilia Sáez de Ibarra.
Cualquier día, la secretaria de la facultad nos informó que el director del noticiero de Radio Cadena Nacional, Jota Enrique Ríos Calderón, había solicitado a la universidad recomendar a un grupo de estudiantes para vincularlos a Radiosucesos RCN del Atlántico.
Unos días antes, el 6 de abril, el saliente Presidente, Misael Pastrana Borrero, había inaugurado el primer puente Pumarejo.
En la lista figurábamos, Luis Emilio Rada Conrado, Gilberto Marenco Better, Jorge Rivera Yadrup, Luis Carlos Merlano y este servidor.
Fuimos citados a los estudios de La Voz de Barranquilla en la calle 73 No. 41D-106, frente a la Olímpica de la 73, inaugurada un año antes.
Allí, Ríos Calderón, un periodista paisa que la cadena había enviado a Barranquilla a organizar el noticiero, nos explicó que llevaba pocos días en la ciudad, suficientes para descifrar el ambiente del periodismo local.
Primaban los reporteros empíricos, en su mayoría bohemios, resabiados y mañosos, que se dedicaban a “fusilar” noticias de los periódicos o a leerlas al aire descaradamente.
Jota decidió jugársela con estudiantes de periodismo y estábamos dispuestos a aprender.
Hasta ese momento creíamos que íbamos solo en calidad de practicantes, horas de trabajo que exigía la universidad para graduarse.
La sorpresa fue que la empresa nos vincularía con un salario básico de $1.500 mensuales.
Todos fuimos citados el sábado 20 de abril de 1974, porque al día siguiente eran las elecciones presidenciales donde resultó ganador Alfonso López Michelsen.
Se me asignó ir a la Registraduría Nacional del Estado Civil a conseguir el libro de las “estadísticas electorales”, con los últimos procesos celebrados en el país.
Las oficinas quedaban en el ya demolido edificio de Cine Colombia, en la calle San Blas, entre Progreso y 20 de julio, donde además funcionaba el Tribunal Superior del Atlántico.
En la época del bipartidismo los delegados eran, el mayor -r-, Enrique Leyva Suárez, en representación del partido conservador y Oscar Movilla Manotas, por el liberalismo.
Y así, el domingo 21 de abril de 1974, fue mi primer día de trabajo. Yo vivía en la calle 76 a 10 cuadras de la emisora y me fui a pie a mi primera experiencia en el periodismo.
Ese día prácticamente fui en calidad de observador y acompañe durante la jornada a Jota, pasando informes telefónicos por línea fija.
Estos se grababan primero en la emisora, y de ahí se retransmitían a través de cerros hasta llegar a Nueva Granada en Bogotá donde los iban soltando.
Fabio Rincón dirigía el noticiero nacionalmente.
A partir de ese día se ha conservado una gran amistad con Jota, que hunde sus raíces, precisamente en aquella jornada y por las vivencias que tuvimos en el inolvidable año 74.
LO QUE SIGUIÓ
A lo largo de cuatro décadas y media, mi periplo ha sido así: 10 años en RCN, donde llegue a la dirección del Noticiero en el 78. Un año en Caracol en Pase la tarde y el noticiero.
13 años en sociedad con Oswaldo Sampayo en Noticias Ya (1985-1999). Previamente fui el primer corresponsal de televisión para la Costa, de Contrapunto de Jaime Soto en 1981.
También, corresponsal del Noticiero Nacional, 24 Horas y el Noticiero de las 7.
Como “freelance” durante 5 años escribí el reportaje semanal de El Heraldo.
En 1999 decidí terminar la sociedad con Sampayo y seguir en solitario en mi proyecto personal Rueda La Economía, que estuvo tres años en emisora Riomar y 17 en La Voz de la Costa.
En 2016, mi hija Nathalie, me regaló la página web www.ruedalaeconomia.com, diseñada en los Estados Unidos, para que “algún día” me dedicara exclusivamente a ella.
Ese día llegó pronto, y el 1 de enero de 2019 decidí cerrar mi ciclo en la radio y dedicarme a contar historias y a practicar un periodismo positivo, serio, diferente, sin sectarismos, y en eso estamos ahora en el mundo digital donde está el presente.
Jaime Rueda Domínguez