EXCLUSIVO RUEDA LA ECONOMÍA (Jaime Rueda Domínguez)
El Distrito de Barranquilla en cabeza del alcalde Alejandro Char, sorprende con un nuevo ingrediente en el Gran Malecón, donde se invierten más de $350,000 millones hasta la Isla de La Loma.
En pocos meses los barranquilleros disfrutaremos de Caimán del Río, una nueva propuesta gastronómica frente al Magdalena, dentro de un gigantesco contenedor de vidrio que está construido y que los visitantes al Malecón ya descubrieron y se preguntan ¿qué van a hacer ahí?
Char Abdala tuvo la iniciativa de desarrollar el nuevo punto de encuentro y destino de la ciudad.
El proyecto agrupara diferentes ofertas de comida para los amantes de la buena mesa, dentro de un cubo de vidrio al estilo del Mercado de San Miguel de Madrid.
En el imaginario de La Puerta de Oro de Colombia, el río está latente en la memoria urbana.
Y el caimán es el referente musical con mayor recordación, desde aquel lejano 1941 cuando, José María Peñaranda compuso el porro Se va el caimán, con el pegajoso estribillo ‘se va para Barranquilla’.
Sí, el caimán es para el barranquillero lo que Mickey Mouse es para los norteamericanos.
De allí surge la propuesta, aprobada por la administración distrital y el Puerta de Oro, Centro de Eventos, avalando el diseño alegórico al reptil con el que más nos identificamos los barranquilleros, con el tiburón.
El contenedor de vidrio mide 1.800 m2 -[100 de largo por 18 de ancho]. En su interior y como un gran mercado, estarán 30 restaurantes con una exquisita y múltiple oferta.
La ventanería reflectiva o de tecnología de retroreflección, fue fabricada por Tecnoglass, con termoacústica de grandes especificaciones y óptima calidad.
Ese espacio, con aire acondicionado, servicio de baños y 6 puertas de acceso, tendrá un aforo de 1.200 comensales cómodamente sentados. En un fin de semana espera recibir no menos de 5.000 visitantes.
En este momento, el operador del Puerta de Oro está seleccionando los mejores restaurantes de La Arenosa, para que se establezcan en Caymán del Río.
Con los gentilicios imaginables, habrá comidas de mar, italiana, árabe, española, francesa, argentina, china, mexicana, alemana, peruana y típica colombiana, entre tantas. No se repetirá ninguna cocina.
Comodidad, comida, bebida y souvenir, se fusionarán en Caymán del Río, donde los puestos serán arrendados, en espacios que empezarán en 16 m2, hasta un restaurante a manteles de 180 m2, el más grande.
Será un sitio único en Colombia para departir frente al río con amigos y familiares.
La misma dinámica de la ciudad impondrá el ritmo y los horarios en que funcionará en su vida diurna y nocturna, en la medida en que se vayan desarrollando las Unidades del Gran Malecón.
EL CAYMAN
El Caymán será el emblema para tomarse la foto del recuerdo, como se hace en la Ventana al mundo
En su construcción se utilizarán materiales que no sufran las inclemencias del tiempo, polución, salinidad, etc.
Se han propuesto unos polímeros rusos muy resistentes, de larga duración y poco mantenimiento.
Se está empleando en construcciones modernas, como en el Centro Comercial Carnaval inaugurado la semana pasada.
El Cayman del Malecón irá acompañado de enchape de colores y juego de luces, con una connotación de la alegría característica de nuestra tierra.
Más la berma de la orilla del río, que el barranquillero ya descubrió y disfruta a plenitud, como tratando de recuperar el tiempo que una clase dirigente indolente y egoísta nos negó.
Las patas del Cayman serán unas terrazas semicubiertas en lona de colores, con jardines, mesas, sillas y sofás, exquisitamente escogidas.
Los pisos internos del contenedor son en concreto industrial brillado, como tenía la Vía 40.
Ese referente histórico no se va a ignorar. Los ductos son a la vista y los pisos irán acompañados de mucho color, generando un ambiente artístico.
Como en el entorno del Malecón y la Avenida del Río hay todavía terrenos sin poblar, es muy factible que se adecuen y habiliten como parqueaderos cercanos.
Sería una solución temporal mientras arranca el desarrollo hotelero, habitacional y comercial en los terrenos donde se levanta el Puerta de Oro.
Con la propuesta de diseño terminada por el arquitecto José Pérez Orozco y su equipo de trabajo, el operador elaborará un manual de vitrinismo, con las sugerencias del caso, para que el nuevo espacio público tenga orden, control y sea amigable con el visitante.