Por: Jaime Rueda Domínguez
El 8 de diciembre de 1946 una multitud delirante en el estadio Municipal, aplaudió a rabiar al presidente de la república, Mariano ospina perez, cuando improvisó la histórica frase: “Barranquilla, Puerta de Oro de Colombia”.
Lo hizo al inaugurar los V Juegos y Centroamericanos y del Caribe.
Previamente, el Presidente Marco Fidel Suárez declaró a la ciudad “Pórtico Dorado de la República de Colombia”, al inaugurar el edificio de la Plaza de la Aduana en 1921.
La historia la sabe de memoria Elkin Núñez Cabarcas, archivista de la Biblioteca Piloto del Caribe, quien ataviado con su impoluta bata blanca, pasa sus días rodeado por hojas de papel amarillo y libros con olor a viejo que resguardan el patrimonio histórico de la ciudad.
Como tal conoce la historia detrás de la frase pronunciada por el Ospina Perez.
“Tiene sus antecedentes a mediados de 1845, cuando la primera Aduana se estableció en el Castillo de Salgar.
Su posición estratégica llevaba a que el control de mercancía no fuera el óptimo.
A partir de 1875 la Aduana fue trasladada a Barranquilla y se improvisó en la misma zona dónde está ahora.
En unas pequeñas oficinas que no lograban recaudar todo lo que venía del ‘viejo mundo’.
Se decidió establecer una estructura más formal y el 20 de enero de 1919 el presidente, Marco Fidel Suárez colocó la primera piedra de la actual estructura del edificio de la Aduana, el primer monumento nacional erigido en la ciudad”, explicó Elkin.
Elkin repasa la historia local y atiende con cuidado la petición de curiosos que todos los días llegan a la Biblioteca.
De vez en cuando deja caer desde detrás de sus lentes una mirada sobre una pesada puerta de caja fuerte empotrada en la pared a la izquierda de su escritorio.
“La puerta de la caja fuerte fue instalada en 1919 y desde entonces está en el primer piso de esta edificación. Tiene una alta dimensión y un peso descomunal”, aseguró.
La pesada puerta es parte fundamental de esta ciudad, pues Núñez Cabarcas se atreve a señalar a dicha estructura como la génesis de la expresión ‘Puerta de Oro’. Y pasa a explicar:
“La caja fuerte fue traída de Ohio. Hecha por una de las empresas más importantes del mundo que producían en serie estas estructuras.
Es tan resistente que una similar sobrevivió a la bomba atómica lanzada sobre Nagasaki durante la Segunda Guerra Mundial.
Originalmente conservaban y guardaban títulos valores, lingotes de oro o plata, cédulas hipotecarias y controlaban el flete de la mercancía que transportaba el ferrocarril. Esta era la famosa caja de caudales del Puerto de Barranquilla.
El portón trae en su parte interior en una placa plateada original desde su construcción con algunos detalles acerca de sus orígenes.
‘Diseñada y construida por Herringhall Marvin Safe Co.’. Una empresa, que según la misma inscripción en inglés, funcionaba en Nueva York y Hamilton, Ohio, desde donde fue despachada.
“La llegada al marítimo de Puerto Colombia causó un caos para movilizarla, trasladarla e instalalarla.
Se necesitó modificar la estructura del edificio, debido al gran peso. Tenía unas paredes de un grosor inmenso, acordonado con los mismos rieles del ferrocarril de Bolívar”, describió.
Con la construcción de la hermosa edificación republicana de la Aduana de Barranquilla y la entrada en funcionamiento del Ferrocarril Bolívar, que traía las mercancías y productos desde el muelle marítimo de Puerto Colombia, se disparó a niveles casi inmanejables la cantidad de fletes y dineros que recauda la ciudad. Literalmente, se bañaban en oro y plata.
“Acá se manejaba mucho el oro en polvo, que era una fundamental para intercambiar y legalizar la mercancía.
Se movía en pequeños frascos y en lingotes de oro y de plata”, ajustó Elkin.
En la protección de todo este recaudo del erario, la puerta de la bóveda de Herringhall Marvin Safe Co. fue una verdadera aliada, por su diseño que salvaguardaba el progreso del país y sus enormes riquezas.
“Tenía una división inicial de candados, puntos específicos de control de seguridad:
Un arca triclave confiada al Administrador de la Aduana, con el Contador y el Revisor Fiscal, quienes eran los únicos que podían abrir y cerrar la bóveda presencialmente.
En su momento fue la más grande del país, con una seguridad única”, reseñó.
A simple vista es posible apreciar la fortaleza del sistema de seguridad.
Gigantescos pernos la mantienen colgando de la pared, mientras que por dentro se ven los engranajes, en reluciente acero, con seguridad aparentemente invulnerable a los robos.
No obstante, algunas publicaciones de los años veinte atestiguan que ciertas personas fueron sorprendidas intentando llevarse sus riquezas.
“La prensa, entre 1920, 1922, 1924, reporta: ‘Cae pillo que intentaba huir por Puerto Colombia, con tres frascos de oro en polvo en su maleta. Por más seguridad que tuviera la caja fuerte, había corrupción”, destacó Nuñez Cabarcas.
Los movimientos telúricos a lo largo de cien años han originado problemas para cerrarla.
72 años después hace parte de la cultura popular. Inmortalizada en canciones, murales, poesías, pinturas y cuando la ciudad cierra la brecha de sus horas más oscuras.
El 19 de julio nuevamente Barranquilla abrirá su ‘Puerta de Oro’ a los Juegos Centroamericanos y del Caribe, para relucir con ese brillo dorado e inoxidable que se hizo inmortal aquella tarde de alborozo decembrino.